Job 5
Continuación del primer discurso de Elifaz.
1 ▼▼1. Los santos: los ángeles.
Llama, pues, si hay quien te responda. ¿A cuál de los santos te dirigirás? 2 ▼▼2. Vemos aquí el espíritu altanero de Elifaz. ¿Por qué le dice esto a Job, que no es iracundo ni envidioso?
Porque al necio le mata la cólera, y al fatuo la envidia. 3 ▼▼3. Cf. Salmo 36, 35 s.; Jeremías 12, 2 s. Maldije su morada: Vulgata: maldije su belleza; el griego: fue consumida su morada.
Yo vi al necio echar raíces, y al instante maldije su morada. 4 ▼▼4. En la puerta, porque en la puerta de la ciudad se reunía el tribunal. Por sentencia de jueces serán condenados sus hijos sin encontrar defensor alguno.
Sus hijos no podrán prosperar; hollados serán en la puerta, sin haber quien los libre. 5Su cosecha la devoran los hambrientos, la hurtan detrás (del cerco) de espinos; y los sedientos se sorben su riqueza. 6 ▼▼6 ss. Quiere decir: El dolor no es producto de la naturaleza, sino que brota de la actitud del hombre, el cual es por consiguiente la causa de sus padecimientos. Job contestará luego a esta tesis, que es falsa, porque nuestra naturaleza sumamente decaída por el pecado original, quedó entonces sujeta a los trabajos, a los dolores y a la muerte (cf. Génesis 3, 16-19).
Pues no del polvo nace la calamidad, ni del suelo brotan los trabajos, 7 ▼▼7. Nuestra versión de este versículo coincide con la Vulgata. Bover- Cantera vierte: es el hombre quien engendra la desgracia, como los hijos del relámpago levantan su vuelo; Nácar-Colunga: del hombre es de quien viene (el infortunio) como del fuego vuelan los chispazos.
ya que el hombre nace para el trabajo, como el ave para volar. 8 ▼▼8. Acudiría a Dios: Consejo ocioso, pues Job ora constantemente. Todas las lecciones del Oficio de Difuntos están tomadas de la sublime oración de Job.
Yo (en tu lugar) acudiría a Dios, y a Él le encomendaría mi causa; 9 ▼▼9 ss. Todo este discurso parece contener muchas verdades porque coincide con otros pasajes de la Escritura (cf. I Corintios 3, 19). Pero no ha de tomarse como doctrina de Dios, porque su intención no es recta, y el Señor lo condena al final, como también a los otros dos amigos de Job (cf. 42, 7 ss.). Como se ve, abundan en la dialéctica de Elifaz argumentos que tomados por si solos son exactos, pero aplicados a Job resultan como una bofetada en la cara de un inocente.
Él hace cosas grandes e inescrutables, maravillas que nadie puede enumerar; 10derrama la lluvia sobre la tierra, y envía las aguas sobre los campos. 11Ensalza a los humildes Y eleva al afligido a lugar seguro; 12desbarata las tramas del astuto, para que sus manos no puedan realizar sus proyectos. 13 ▼▼13. Cf. Salmo 93, 11 y nota.
Prende a los sabios en su propia red, y los designios de los arteros quedan frustrados. 14En pleno día tropiezan con tinieblas, andan a tientas al mediodía, como si fuese de noche. 15Entretanto (Dios) salva al desvalido de la espada de sus lenguas, y de la mano del poderoso. 16Por eso el débil tiene esperanza, y la injusticia tiene que callarse. 17Feliz el hombre a quien Dios corrige. No desprecies la corrección del Omnipotente. 18Él hace la llaga, y la venda; Él hiere y sana con sus manos. 19 ▼▼19. Locución proverbial. El número siete significa la plenitud.
De seis angustias te sacará, y en la séptima no te tocará el mal. 20En tiempos de hambre te salvará de la muerte, y en la guerra, del poder de la espada. 21Te preservará del azote de la lengua, y no temerás si vinieren calamidades. 22Te reirás de la devastación y del hambre, y no temerás a las fieras salvajes. 23 ▼▼23. “Las interpretaciones dadas al pasaje son múltiples. Dhorme explica que tener pacto o alianza con las piedras del campo es estar asegurado de que ellas no invadirán el terreno para impedirle produzca” (Bover-Cantera).
Pues estarás en alianza con las piedras del campo, y las fieras del campo vivirán en paz contigo. 24Conocerás que reina la paz en tu tienda; visitarás tus apriscos, y nada echarás de menos. 25Verás numerosa tu descendencia, y tu prole como la hierba del campo. 26Entrarás en el sepulcro en plena madurez cual gavilla segada a su tiempo. 27Esto es lo que hemos visto. Así es. Óyelo bien y medítalo para tu provecho.”
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